Vilajuïga, el agua gastronómica única, escasa y singular

Por Redacción

Un pueblo custodia orgulloso desde 1904 su agua gastronómica única, escasa y singular. Es una de las mejores aguas minerales naturales con gas natural del mundo

El pueblo

Al pie del parque natural del Cap de Creus, despierta cada mañana un pueblo con una de las mejores aguas minerales naturales con gas natural del mundo. Vilajuïga es una localidad atípica (o aparentemente normal), de naturaleza distinguida, de efervescencia discreta, de espontaneidad acreditada. Un pueblo tal y como aflora su agua; donde, generación tras generación, se custodia con orgullo desde 1904 uno de los bienes más valorados y únicos del Empordà.

Vilajuïga, el agua única, escasa y singular

Entre campos, montañas y mar, el agua de Vilajuïga fluye tal como aflora. Es un agua mineral natural carbonatada naturalmente (sin gas carbónico añadido), cuyo manantial se encuentra en la comarca del Alt Empordà, rodeado por el parque natural del Cap de Creus.

El acuífero del que procede está situado a unos setenta metros de profundidad, conectado a la sierra de Verdera. Las burbujas naturales y los minerales saludables son fruto de un viaje de más de treinta años, que se inicia con las lluvias sobre las colinas circundantes del parque natural del Cap de Creus. El agua circula por el subsuelo absorbiendo minerales a su paso, como el magnesio, el sodio, el calcio, el litio y los bicarbonatos; responsables de sus burbujas naturales «de aguja».

Inspirados por el agua desde 1904

Todo empezó en unos terrenos del pequeño y tranquilo pueblo de Vilajuïga, donde un pozo aparentemente modesto abastecía de un agua singular a los vecinos, que bajaban por unas escaleras para obtenerla. No era un agua normal; y en el pueblo se sabía, porque enseguida se le atribuyeron propiedades mineromedicinales. Esas escaleras ocultaban algo bueno…

En julio de 1904, se constituyó una sociedad bajo el nombre Aigües de Vilajuïga, que fue declarada de utilidad mineromedicinal.

A partir de entonces, la sociedad empezó a dar a conocer el sabor y la personalidad única del agua en Gerona, Barcelona y Andorra y, un tiempo después, en casi todo el territorio catalán.

El agua gastronómica

Sus cualidades organolépticas, su cuerpo ligero y la sensación de frescor que deja en el paladar dialogan perfectamente con la gastronomía de gran calidad; ya que, además de estar ligeramente gasificada, no sacia ni se impone.

De igual forma, una de sus grandes peculiaridades reside en su capacidad para maridar con vinos, cavas, champagnes, vinos dulces, cafés, infusiones… Esas cualidades organolépticas y, sobre todo, sus burbujitas efervescentes en boca ayudan a limpiar suavemente el paladar; lo que permite que las papilas gustativas puedan apreciar con armonía las cualidades de las bebidas a las que acompaña.

Platos distinguidos como los de elBulli se acompañaban con Vilajuïga. En un principio, Ferran Adrià ya valoraba sus peculiaridades:

«La evolución del restaurante elBulli se ha basado, por un lado, en la creatividad y la innovación y, por el otro, en la estimulación de las emociones de los comensales. En este contexto, el Agua Vilajuïga ha sido un producto clave, fascinante; ya que la Naturaleza, por sí misma, ha elaborado una bebida maravillosa y con alma propia. Vilajuïga es una creación emocionante que las personas, por sí solas, no son capaces de recrear.

El agua Vilajuïga es, sobre todo, un misterio. Hay algo de misterio que la hace mágica».

Ferran Adrià

La cata según Ferran Centelles, sumiller de elBulli (1999-2012)

La nueva Agua Vilajuïga es fiel a la composición original de 1904. Única y singular, mantiene el perfil organoléptico intacto desde hace más de un siglo:

Sensación carbónica única

«El Agua Vilajuïga tiene una sensación carbonatada muy delicada, una textura única que envuelve el paladar con suavidad y un sabor que respeta al máximo las elaboraciones culinarias gastronómicas».

A medio camino entre la textura y el frescor

 «Es un agua de mineralización media. Esto le aporta un sabor mineral profundo; pero, al mismo tiempo, hace que sea ligera y fresca».

Sensación alcalina 

«Vilajuïga tiene una sensación alcalina en boca que es única y muy valorada, y que aporta un sabor virtuoso que acompaña a las elaboraciones culinarias gastronómicas de forma excepcional».

La copa

Utilizar una copa óptima para la cata es imprescindible para disfrutar al máximo de las propiedades organolépticas del Agua Vilajuïga.

En este caso, la escogida por Riedel nos brinda su máxima expresión en forma de frescor, con volumen y elegancia; porque nos llena todo el paladar cuando entra en boca y, al mismo tiempo, nos cuida con su gas carbónico único y natural.

La temperatura

Si lo que se quiere es tomar el agua a temperatura ambiente, recomendamos como ideales los 15-16 °C, que constituyen la temperatura natural de captación.

Si se desea disfrutar fría, recomendamos una temperatura de servicio entre los 6 °C y los 8 °C.

Sin duda, poder disfrutar de una buena comida con Agua Vilajuïga es una de las mejores experiencias gastronómicas a las que un buen paladar difícilmente puede renunciar.

El agua saludable

El Agua Vilajuïga no sólo es para un excelente comensal en la mesa, sino que también es una gran aliada para la salud. En el año 1903, el prestigioso químico Dr. B. Oliver y Rodés certificó con un primer análisis sus beneficios mineromedicinales; con lo que se convirtió en un agua de referencia para las farmacias y las droguerías de la época.

La presión del subsuelo que recorre antes de llegar al acuífero de donde se extrae, aporta una gran cantidad de minerales como el magnesio, el sodio, el calcio, el litio y bicarbonatos. Estas propiedades puras enriquecen el agua con sales minerales y oligoelementos necesarios para el equilibrio de nuestro organismo.

Una botella modelada por la Tramontana

El entorno geológico cambiante; un territorio sometido al viento de la Tramontana, de guijarros esculpidos por la lluvia y un terruño erosionado durante siglos. Son rasgos puramente ampurdaneses que han inspirado el diseño de la nueva botella de Agua Vilajuïga.

Su atrevida asimetría y la bella imperfección de sus formas orgánicas hacen evidente que sólo un agua única podía presentarse de una forma tan singular.

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