«Prefiero la sencillez reflexionada a la complejidad forzada». Con esta frase, Artur Martínez (en el centro de la imagen) sintetiza su ideario culinario. Es, en sí misma, la esencia de una cocina esencial. Una técnica eficaz y la utilización de los mínimos ingredientes. Una cocina natural y nítida. La huida intencionada del Play Food, del tópico y del malabarismo. Un intervencionismo limitado y la supresión de lo insustancial. Recordando a Juanjo López de la Tasquita de Enfrente: unas insinuadoras sencillez y desnudez.
Éstas son sus reglas.
1) La perspectiva alternativa de los alimentos y la tradición.
2) Binomio temporalidad-frescor.
3) La emoción, la sinceridad y lo conceptual prevalecen sobre lo técnico.
4) Secuencias dinámicas y directas.
5) Ahondar en esta línea de trabajo sin interferencias.
Y éste es su menú degustación.