Después de la tormenta siempre llega la calma.
Pero, sé que después de ti,
después de ti no hay nada.
Un Celler de Can Roca más emotivo que nunca. Se subió el telón el día de la verbena de San Juan en Girona para confirmar que ellos (Joan, Josep y Jordi) siempre tuvieron claro hacia dónde querían ir y, sobre todo, cómo ir.
Sensibilidad y adaptación tras el impacto, el dolor, el luto y la asimilación de lo que había sucedido. Un menú que celebra la vida, lo que se ha vivido y lo que está por vivir. La felicidad como eje y pilar fundamental. Y ésta es únicamente plena cuando se comparte con alguien. Los hermanos Roca querían com partir la suya con los comensales en esta reapertura a través de un menú degustación en el que desaparecen los snacks del ‘bar’ o ‘el mundo’ para entrar en una bacanal de recuerdos y emociones a través de platos que ya forman parte de la historia de la gastronomía de este país.
Vayan. La felicidad de los hermanos es la felicidad de aquel que visita El Celler de Can Roca.
















y aceite de oliva, gel de cilantro y jugo de piel de pepino.

Encurtidos de endivia, de flor de mora, de flor de oxalis, de brotes de malva, jicama y caviar cítrico.

Parfait de su hígado, brote de piñón, sake y tofu de almendras.

yogur ahumado, bulgur con sésamo y bechamel de cardamomo.


Gamba marinada en vinagre de arroz, jugo de la cabeza, patas crujientes y velouté de algas.


grasa de vaca vieja, jugo de pimiento escalivado y jugo de hoja de higuera.






