Ausiàs Signes, the new old school #PR57

En esta edición de PastryRevolution, la número 57, se detalla la visión del joven postrero Ausiàs Signes (27 años, Valencia). El jefe de pastelería del restaurante Tatau (1 estrella Michelin, Huesca) y Pastelero Revelación de Madrid Fusión 2022 ha logrado apuntalar su nombre entre los grandes profesionales de este país. Desvela el porqué en esta edición y descubre en detalle todos sus secretos dulces. Ausiàs Signes creció en el restaurante de sus abuelos, El Romeral, ubicado en su ciudad natal (Barx, Valencia). La sangre hostelera corría por sus venas así que con 20 años decidió iniciar sus estudios de cocina. Arrancó su andadura en el restaurante 2 Estaciones desde donde se inscribió al ‘Premio Promesas de la alta cocina’ organizado por Le Cordon Bleu. El resultado no fue negativo, pues al alzarse con el segundo puesto obtuvo una beca para estudiar pastelería en dicha escuela de Madrid. Tras esto, paso por pastelerías de la capital como la Hojaldrería o Moulin Chocolat, y también por el restaurante Saddle como jefe de la partida dulce. Finalmente, Ausiàs, conocedor de ambos mundos (salado y dulce) terminó instalándose en Huesca para convertirse en el postrero de Tatau y donde a día de hoy continúa dando rienda suelta a su creatividad.

El chef y propietario del restaurante, Tonino Valiente, junto a su compañera de vida y encargada de la sala, Arantxa Sáinz, han sabido darle a Ausiàs su lugar. Éste desarrolla su pastelería de una forma muy personal y sin barreras. A lo largo de las 180 páginas de este monográfico sobre el mundo dulce de Tatau se detallan un total de 196 procesos. Las 42 creaciones que se presentan se han clasificado en siete categorías: frutas y verduras heladas, prepostres, postres, petits fours, pastelería clásica, técnicas pasteleras aplicadas al universo salado y panes. Ausiàs presenta desde postres como el de ‘Pera, levadura y bergamota’ y el ‘Soufflé de pistacho’ hasta masas fermentadas tales como el ‘Kouglof de calabaza’ y el ‘Babá al ron’. El recorrido también pasa por pequeños bocados como la ‘trufa de caramelo salado’ y el ‘mini roscón con crema quemada’, y hasta por siete panes elaborados en el restaurante.