El pan ante la alarma del Coronavirus. Solidaridad y precaución.

Por Redacción

Éste es un párrafo extraído de un periódico gaditano:

«Yo vengo concienciada de que va a ser un día duro», señala la dependienta de una panadería donde un cartel avisa que solo pueden entrar dos personas al local y separadas entre sí. Hay una cinta trazada a medio metro del mostrador que hay que respetar (como en los bancos), aunque la vendedora se va a llevar todo el día avisando de su presencia y de las normas. «Pero la gente se está portando. Ayer respetaron todas las precauciones». (lainformacion.com)

De una noticia publicada en el Heraldo de Aragón:

Ángel Terrén , panadero de Villanúa, ha sido uno de los primeros. El sábado lanzó en las redes sociales el siguiente mensaje: «Desde hoy voy a hacer reparto a domicilio a todas las personas mayores o familias que estén confinadas en casa que me lo pidan de Villanúa, Canfranc, Artonés, Borau, Aísa y Esposa«. Eso sí, solo «de primera residencia». «Les llevaré el pan a su casa, lo dejaré en la puerta (para que no haya contacto físico) y luego, cuando pase todo este temporal, ya hablaremos de cómo se hace el pago», cuenta.

El pan solidario

Cuando más lo necesita la sociedad, como es el caso actual por el Coronavirus, pero sin olvidar otros momentos difíciles en nuestros pueblos, como en caso de incendios, inundaciones, nevadas o temporales, siempre aparece la figura del panadero como alguien en quien confiar.

Los dos párrafos, extraídos casi al azar, de dos periódicos, lo demuestran. Los panaderos saben que el pan es un alimento esencial y diario en la alimentación. Los panaderos saben que si faltase el pan sería, psicológicamente, algo muy duro para sus clientes. Los panaderos saben ser solidarios, generosos, honestos y cercanos.  Y es muy de agradecer y resaltar. Nuestro pequeño homenaje desde esta sección de Noticias de panadería.

Por otra parte, comentar que es también importante que, aun acatando las normas decretadas por el gobierno (más vale tarde que nunca), tratar de mantener una forma segura y tranquila para la venta. Limitar la entrada de personas al interior del establecimiento, marcar una distancia de seguridad entre dependiente y cliente, y, como siempre, proceder al cobro por otra persona o garantizando la higiene con guante o pinzas. Las colas en la calle, manteniendo la distancia de seguridad -insistimos-, han de mantenerse en orden y, si fuera necesario, solicitar la ayuda de los cuerpos de seguridad.

Estamos seguros que, una vez más, el pueblo español dará una nueva lección de solidaridad, disciplina y valentía frente al virus. Colaboremos todos en ello desde nuestros puestos de trabajo y durante los tiempos de descanso y ocio familiar. Y que Dios nos ayude a todos a superar este difícil momento. ¡Todos contra el Coronavirus!

En las fotos vemos tres ejemplos, en Vigo, Salamanca y Eibar en las que el orden y el civismo se reflejan en el momento de ir a la panadería. Fuente de las imágenes: Atlántico, Gaceta de Salmanca y Deia.

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